El presidente
Juan Manuel Santos estuvo presente en la clausura de la Asamblea Nacional de la
ANDI. El encuentro número 68, desde que se inició esa organización.
Un mandatario que
invitó a los empresarios a ser optimistas.
Las cifras que
entregó Santos, lo indican: Colombia ha avanzado, en medio de la crisis
mundial.
Ese día, 10 de agosto, viernes... el presidente estaba festejando su cumpleaños, en medio de los empresarios.
luisemilioradaconrado
La Asamblea de la ANDI, en medio del cumpleaños del presidente Santos
“Primero
que todo, muchas gracias por esa celebración, doctor Luis Carlos (Villegas,
Presidente de la Andi).
Mi
abuelo decía que a partir de cierta edad, la celebración de los cumpleaños uno
debería como morigerarlas y créanme que me llega al fondo del corazón que en
este día haya coincidido esta Asamblea.
Es
la tercera vez que vengo a la Asamblea de la Andi como Presidente de la
República; queda una Asamblea en este cuatrienio.
Y
precisamente esta mañana de cumpleaños, después de cierta edad comienza uno a
aplicar esa máxima que dice que la vida es una —al final— acumulación de
recuerdos y, ojalá de buenos recuerdos. Y pensaba yo, voy para la Andi.
¿Cuántas veces no he ido a esa Asamblea y en qué calidad?
Y
realmente han sido muchas, muchísimas, las veces que he estado en esta
Asamblea. Se convertido como en una especie de rutina de mi vida pública
asistir a la Asamblea de la Andi, a la cual le he dado una especial
importancia.
Y
hacía memoria, un poco para poner en contexto el momento que estamos viviendo
hoy; hacía memoria de la primera vez que asistí a una Asamblea de la Andi.
Recién
nombrado como Primer Ministro de Comercio Exterior, cuando apenas estábamos
abriendo la economía colombiana, a comienzos de los años 90. Año 91. Y en esa
Asamblea, como en todas las asambleas, tenían una preocupación fundamental y
era ¿cómo así que vamos a abrir la economía?
Me
acuerdo perfectamente las preocupaciones de la Andi frente a esas primeras
negociaciones de acuerdos de libre comercio que teníamos con Venezuela y con
Ecuador.
Había
mucho nerviosismo. Era natural. Los empresarios no conocían lo que era la
competencia. Teníamos hasta ese momento una economía cerrada, una economía
protegida y por supuesto, surgían todo tipo de interrogantes.
¿Cómo
es posible que negociemos un Acuerdo de Libre Comercio con Venezuela, que es un
país que tiene un ingreso per cápita y un poderío económico tan superior al
colombiano? Nos van a arrasar.
Por
otro lado escuchaba uno: pero ¿un Acuerdo de Libre Comercio con Ecuador que
tiene una mano de obra mucho más barata? Nos van a arrasar.
Eran
interrogantes válidos y preocupaciones válidas. Y hace uno la comparación de lo
que era en ese momento el comercio de Colombia, aspirábamos a exportar, si nos
iba muy bien, 6 mil millones de dólares.
Se
pone uno a pensar mire el tiempo que ha transcurrido y lo que hemos avanzado,
60 mil millones de dólares en este año, y creciendo a un ritmo muy importante.
Y
esa parte comercial se fue como tranquilizando. Me acuerdo también cuando
regresé de Ministro de Hacienda, en la peor crisis económica que ha vivido
Colombia en sus últimos 80 o 100 años. Acabábamos de tener un crecimiento
negativo de 4.5 por ciento. No nos prestaban un solo peso —para no hablar de un
solo dólar— en ninguna parte.
Estábamos
ad portas, ¡ad portas!, de declarar la cancelación de pagos; se nos estaba
acabando la caja, teníamos un déficit fiscal inmanejable. La deuda, el
desempleo, estaban por las nubes.
La
preocupación de la Andi: ¿qué vamos a hacer con la economía, con la
macroeconomía?
Estábamos
en ese momento en un programa con el Fondo Monetario. Existía la voluntad
política, la habilidad para aprobar las reformas necesarias. Ese era el gran
interrogante de esa vez que vine como Ministro de Hacienda, esa primera reunión
como Ministro de Hacienda, a la Andi.
Luego,
como Ministro de Defensa, recién nombrado. 20 de julio. Me posesioné en esos
días y en agosto vine a la Andi. La seguridad. ¿Qué vamos a hacer con la
seguridad del país?
Hasta
ese momento, 42 años sin tocar un miembro del secretariado de las Farc. Las
grandes carreteras colombianas cerradas por seguridad; la autopista
Bogotá-Medellín cerrada por las noches, por seguridad; el acceso aquí acá a
Cartagena —me acuerdo, por San Juan Nepomuceno— cerrada por seguridad. Toda
esta zona del Caribe colombiano, los Montes de María, dominados totalmente por
las Farc.
¿Qué
vamos a hacer con la seguridad preguntaba en la Andi?
Y
ahí comenzamos a exponer los planes, las estrategias.
Hace
uno esa memoria de esas asambleas y llega uno al presente, ya como Presidente
de la República. Primera Asamblea de la Andi como Presidente. ¿Cuál era la
preocupación mayor? Venezuela.
¿Se
acuerda doctor Villegas? Venezuela. ¿Qué vamos a hacer con Venezuela? ¿Cómo
vamos a arreglar ese problema? Nos deben 1.200 millones de dólares, no tenemos
comercio.
La
segunda Asamblea. El Tratado de Libre Comercio, como usted lo recordaba ahora,
con Estados Unidos. ¡Por favor! Llevamos 20 años esperando ese tratado, 5 años
lleva negociado. ¿Qué puede hacer usted Presidente para que ese tratado sea
aprobado por el Congreso de Estados Unidos y entre en vigencia? Lo necesitamos.
Enorme
avance en comercio
Y
hoy vinimos a esta tercera Asamblea. Venimos con un panorama muy diferente al
que teníamos, no en estos tres años, en estos últimos 20, 22 años. Y venimos
llenos de optimismo y llenos de respuestas a todos esos interrogantes.
En
la parte comercial, como aquí se ha dicho, no solamente se inició toda una
estrategia, desde entonces, de crear unos mercados, unos mercados para la
producción colombiana, de mejorar el acceso de los productos colombianos a esos
mercados, sino de crear unas instituciones que acompañaran ese proceso:
Bancoldex, Proexport, todas las demás instituciones que se han creado desde
entonces.
Y
hoy Colombia puede decir que tiene una situación privilegiada, comparado con
cualquier país del mundo, en materia de acceso a los mercados internacionales.
Ustedes
conocen mejor que yo —y aquí se ha repetido— la cantidad de acuerdos que se han
venido negociando. El de Estados Unidos ya está en plena vigencia con
resultados, inclusive mejores, a los que todo el mundo se esperaba.
Las
exportaciones a Estados Unidos, desde que entró en vigencia el tratado, se han
disparado y sobre todo las exportaciones no tradicionales han crecido cerca del
70 por ciento, solo en 3 ó 4 meses.
La
parte comercial comienza también a tener un gran apogeo y un gran éxito en
mercados que nunca habíamos tenido como mercados colombianos para nuestros
productos, por ejemplo en el Asia. Ya cerramos y ya está en proceso el mercado
con Corea, que desde el Ministerio de Comercio Exterior, se había señalado como
uno de los mercados que ojalá pudiéramos nosotros abrir.
El
Japón. 20 años llevamos tratando de abrir ese mercado y ya yo espero que en
septiembre, con el Primer Ministro japonés (Yoshihiko Noda) si nos encontramos
en Nueva York en la Asamblea de la ONU, podamos anunciar conjuntamente que
inician las negociaciones. Es una formalidad, una formalidad muy importante
para el Japón y para el proceso y para nosotros por supuesto, porque es
realmente el inicio de las negociaciones.
En
materia comercial me imagino que aquí el Ministro (de Comercio, Industria y
Turismo, Sergio Diaz-Granados) les habrá dicho, simplemente para resumir, el
número de consumidores que tenemos a nuestra disposición sin ningún tipo de
restricción. Creció de 400 y pico de millones a 800 y pico de millones y van a
estar en 1.200 y pico de millones muy pronto, cuando entre en vigencia el
tratado con Europa y el de Corea.
Eso
es un avance enorme en materia comercial.
En
la parte macroeconómica. No quiero repetir la cifra. De esa crisis que nos
encontrábamos donde les decía no nos prestaban un peso, me acuerdo que tuvimos
que acudir a una garantía del Banco Mundial que era algo totalmente sui
géneris, exótico. Que gracias al Presidente Clinton (Bill Clinton) cuando vino
aquí a Cartagena a firmar el Plan Colombia, le pedimos por favor, ayúdenos;
ayúdenos a que el Banco Mundial nos dé esta garantía, porque la burocracia del
banco no quería.
Y
gracias a esa garantía nos salvamos de una cesación de pagos que hubiera sido
catastrófica para Colombia e iniciamos un proceso de reformas desde entonces
muy impopulares, pero muy necesarias: la Reforma a las Transferencias, la
Reforma al Fisco de los municipios, de los departamentos; la famosa Ley 617;
las reformas a todo el sistema financiero para elevar su nivel de protección a
los niveles de Basilea, exigiéndoles más a los bancos.
Reformas
que hoy nos han permitido sobrellevar las crisis, por ejemplo del año 2008,
2009, y la actual crisis con cierta tranquilidad.
Pero
no solo eso, sino que se puso en marcha todo un proceso que hoy, hoy en el
2012, agosto de 2012, tenemos un entorno que llaman los economistas
macroeconómico, tal vez sin precedentes en nuestra historia económica del país.
Si
uno hace un inventario de todos los indicadores, el nivel de la deuda, la
inflación —doctor Carlos Gustavo (Cano)— en toda la meta 3 por ciento, la que
publicó el Dane hace tres días, negativa en el mes de julio.
El
crecimiento por encima del promedio; se desaceleró en estos meses pero un
crecimiento fundamentalmente sólido. Lo que ha decrecido es el sector
industrial y el sector agropecuario; el resto de los sectores sigue creciendo.
Por eso tenemos que hacer un esfuerzo en esos dos sectores.
El
déficit, la situación fiscal. Quién se hubiera imaginado que íbamos a llegar a
tener una situación de equilibrio y un superávit primario. Es decir, ya
comienzan a ingresar más recursos de los que egresan.
Equilibrio
fiscal al final de este año, después de tener 3.6 —así recibimos la economía,
el déficit—, hoy tenemos o vamos a llegar a un equilibrio fiscal. En fin, una
situación económica envidiable.
Y
cómo se traduce eso en el factor de riesgo del país. Colombia tiene una
situación realmente privilegiada. Estamos —¿quién iba a pensar?— mejor
cotizados nuestros bonos soberanos que la mayoría de los países europeos, que
el Japón. Estamos siempre entre los primeros 12 a 15 a 18 países en el mundo.
La
gente quiere venir a invertir a Colombia porque es una economía que da
garantías y seguridad. Ni hablar de la inversión extranjera, que ha roto todos
los récords.
De
manera que en esa parte, esa preocupación que tenía la Asamblea de la Andi en
el año 2000, 2001, 2002, esa preocupación ya desapareció. Chuleado el comercio,
chuleado la parte macroeconómica.
Avances
en seguridad y terrorismo de las últimas horas
Seguridad.
En materia de seguridad hemos continuado avanzado ¡y en qué forma! Pero soy el
primero en reconocer que no estamos al otro lado todavía. Y soy el primero en
reconocer que tenemos problemas.
Esto
que se presentó ayer, esta mañana, en el suroccidente del país; actos de
terrorismo que han golpeado duramente nuestra infraestructura energética y
nuestra capacidad de darle electricidad a esa región del país.
Actos
de terrorismo que por supuesto condenamos de forma contundente y que vamos a
responder con todo lo que tiene el Estado y las Fuerzas Armadas y toda la inteligencia.
Y ya les di las instrucciones pertinentes al Ministro de Defensa (Juan Carlos
Pinzón), a los comandantes; que se trasladen a Cali y desde allá, desde allá
comiencen a despachar y que me informen cada cierto tiempo, cada hora cómo va
ese operativo. Que desplieguen hasta el último soldado, hasta el último
policía, porque sabemos del plan terrorista que tienen estos grupos ilegales.
La
inteligencia nos lo ha dicho de forma clara: tienen unos planes para generar
terror. De eso se trata el terrorismo.
El
general Naranjo (Oscar Naranjo) a quien agradezco muchísimo sus palabras,
general —y usted y yo trabajamos de la mano desde que yo estuve en el
Ministerio, usted como Director de la Policía y los golpes que dimos y lo que
aprendimos—, usted ha entendido perfectamente.
Por
eso cómo me gusta verlo ahora de civil deliberando, pero además diciendo cosas
muy importantes, porque coincidimos plenamente. Usted mencionaba una palabra:
el miedo, la política del miedo.
Eso
en cierta forma es lo que quieren lo terroristas, la política del terror. De
eso se nutren, para eso sobreviven, porque es la última opción y la única
opción que les queda.
La
estrategia de seguridad que elaboramos, doctor Villegas, desde entonces, desde
esa Asamblea de la Andi en el año 2006, que usted se recordará, general
Naranjo, que cambiamos totalmente la forma de operar, que cambiamos totalmente
la forma de hacer inteligencia, que cambiamos totalmente la forma de coordinar
la acción de las diferentes Fuerzas y que nos propusimos ir quitándoles el
control del territorio que tenían estos grupos ilegales, estos grupos
terroristas. Y fuimos avanzando. No en todos los frentes al mismo tiempo,
porque no teníamos los recursos, no teníamos, no teníamos el personal
necesario.
Por
ejemplo, aquí en el Caribe comenzamos a recuperar los Montes de María. Una
recuperación dura, costosa, perdimos muchos hombres. ¿Por qué? Porque se
encontraban con todo tipo de trampas. Este bandido de ‘Martín Caballero’ era un
experto en poner minas por todos lados. ¡Y qué difícil era entrar en esos
territorios!
Pero
nuestra Fuerza Pública, nuestros soldados, nuestros infantes de Marina, nuestra
Policía, no titubeó; siguió avanzando, hasta acabar con el frente 35, el frente
37, y liberar totalmente todo este norte del país que estaba dominado por esta
gente.
Y
hemos continuado con esa estrategia, cambiándola de acuerdo a las
circunstancias. Porque ellos también aprenden. Y comenzamos a darle golpes a la
cabeza y comenzó a caer, primero el Secretariado, ‘Raúl Reyes’, y comenzaron a
caer uno detrás de otro. Y comenzaron a caer cabecillas, nunca tantos como los
que han caído en estos últimos seis u ocho meses, 14 cabecillas de frente.
Usted sabe, general Naranjo, que eso no se había visto nunca.
Y
también tenemos que ir adaptando nuestra estrategia a la posición y a la
situación del enemigo. Y por eso nos les metimos por primera vez a sus
guaridas, a sus sitios que toda la vida habían dominado. Así dimos de baja a
‘Alfonso Cano’, porque los sacamos de su hábitat y esperamos con paciencia a
que cometiera un error. Y le caímos.
Así
dimos de baja al ‘Mono Jojoy’, que lo quitamos del sitio donde estaba. Cometió
un error y le caímos. Y así van a caer uno detrás del otro.
Desespero
de los terroristas
¿Cómo
han respondido? Han respondido como sabíamos nosotros y sabemos que están
respondiendo: con terrorismo. Porque es la forma más fácil de responder, pero
es la forma más evidente de demostrar desespero.
¿Y
por qué? ¿Por qué digo yo que están demostrando desespero y debilidad? Porque
esos actos terroristas que hemos visto en estos últimos meses, en estos últimos
tiempos, no les representa ninguna ventaja militar; todo lo contrario. Si
vuelan una torre que deja a Buenaventura sin energía, pagan un costo político
muy alto. ¿Y qué ventaja militar les representa? Ninguna.
Si
disparan un tatuco que cae en la población civil en alguna población civil en
el Cauca ¿qué ventaja militar tienen? Ninguna.
La
única ventaja para ellos es lo que el general Naranjo mencionaba: miedo. Que la
población diga ¡qué horror! Mire lo que nos está pasando.
Por
eso es tan importante que en momentos como este el país se una, el país se una
a decirles ‘nada de que nos van a infundir terror. Nosotros los perseguiremos
hasta el último día hasta el rincón más alejado de nuestro territorio, hasta
acabarlos.
Ellos
lo que buscan —y lo sabemos por la inteligencia, por los desmovilizados que
recibimos todos los días—, lo que buscan es precisamente que este miedo, que
este terror, genere dentro de nosotros recriminaciones, enfrentamientos,
dividir para reinar. Sabemos que se dicen los unos a los otros ‘dele por aquí,
dele por allá; llame los medios’.
Es
increíble cómo se han vuelto de buenos en el mercadeo político. Cuando van a
hacer alguna acción de terrorismo, de antemano llaman a algunos medios y les
avisan para que esté la cámara y de pronto tienen a algún miliciano que da una
declaración.
Porque
si muchos de ustedes hacen las comparaciones del número de ataque que se han
presentado en este semestre, en ciertas zonas del país, frente al número de
ataques en el pasado, no hay gran diferencia. Lo que pasa es que han
descubierto la forma de hacer más visibles esos ataques. Y han descubierto que
en las circunstancias actuales del país, de pronto eso puede dividir a la
sociedad y dividirnos a nosotros.
Llamado
a unirse contra el terrorismo
Por
eso mi llamado aquí también a ustedes, que entienden perfectamente esa
estrategia, es no nos dejemos dividir; unámonos todos. Contra el terrorismo no
puede haber ninguna división, ninguna duda. Todos los pueblos, todos los países
que han derrotado el terrorismo, lo han hecho unidos. Hay cosas que deben unir
a las sociedades; ésta es una de ellas.
Por
eso, frente a este ataque que nos están haciendo, de puro terrorismo, la respuesta
tiene que ser contundente, tanto en lo militar como en lo político; es la forma
de enfrentar el terrorismo y es la forma de derrotar el terrorismo.
Y
tengan la seguridad de que por parte nuestra no va a haber la más mínima señal
de debilidad; todo lo contrario, el terrorismo nos llena es de valor, nos llena
es de entusiasmo para combatir con más contundencia. Y no sólo a quienes
estamos en las posiciones de comando, porque conozco a mis policías, conozco a
mis soldados; a ellos también.
Y
lo que hay que hacer es apoyarlos, aplaudirlos, respetarlos, admirarlos y
decirles ¡ni un paso atrás!
De
manera, doctor Luis Carlos, que sí, hay problemas de seguridad, y lo
reconocemos. Pero de otro lado hemos seguido avanzando. Todos los indicadores
que se usan usualmente, que venimos usando durante mucho tiempo, los mismos
indicadores, todos continúan en una tendencia a mejorar.
El
secuestro, el homicidio, están en el nivel más bajo en los últimos 30 años.
El
secuestro, que antes era uno de los delitos que más miedo producían en la
sociedad, hoy está reducido. Por supuesto que un secuestro es demasiado y el
porcentaje de éxito de los casos donde ese secuestro se denuncia a tiempo, es
por encima del 90 por ciento; de rescates por cuenta de la Policía y del
Ejército, de sus Gaulas, secuestrados con vida y capturados los secuestradores,
a tal punto que de todos los países que están sufriendo el secuestro nos llaman
a que enviemos nuestros hombres a enseñarles cómo combatir el secuestro.
En
materia de narcotráfico, el número de toneladas que hemos venido incautando en
estos últimos tiempos ha venido creciendo. Las cifras —Embajador (de Estados
Unidos, Michael McKinley— que dio Estados Unidos, de cómo hemos logrado reducir
el tamaño de los cultivos de coca, ya no somos el número uno, ni siquiera el
número dos; somos el número tres.
Y
eso por supuesto también ha generado desespero y ha tenido consecuencias.
¿Consecuencias como cuáles? Órdenes del Secretariado: ‘estamos mal de recursos,
que cada frente encuentre cómo financiarse’.
Eso
inmediatamente estimula la extorsión. O se ha degenerado en la minería ilegal,
donde han encontrado una fuente importante de recursos y que estamos
combatiendo y que vamos a combatir con todo lo que está a nuestro alcance.
Minería
ilegal
Logramos
promover la semana pasada una legislación andina, porque este tema de la
minería ilegal está afectando de forma grave también al Ecuador, al Perú y a
Bolivia.
Y
aprobamos una legislación andina que nos da la posibilidad de destruir esa
maquinaria cuando la agarremos en flagrancia. Y vamos a comenzar a destruirla.
Maquinaria,
retroexcavadora, que esté acabando con nuestro medio ambiente y esté dedicada a
la minería ilegal, retroexcavadora que va a ser destruida en el sitio. Y vamos
a hacer operativos para eso.
Pero
es una consecuencia del éxito que estamos teniendo en la lucha contra el
narcotráfico. De manera que seguiremos perseverando, porque ahí no se puede
bajar la guardia ni un solo minuto en ninguno de los frentes y posiblemente
ustedes van a ver que este terrorismo va a continuar, porque ustedes han visto
que por lo menos la palabra miedo se está mencionando y que algunos están
sintiendo miedo y que de pronto lo pueden vivir, ven ahí esa posibilidad y van
a continuar. Sabemos que es parte de su estrategia y es nuestra
responsabilidad, a través de operaciones de inteligencia, seguir combatiendo y
debilitando este terrorismo.
Tengan
la seguridad señores empresarios que eso es lo que haremos —mañana, tarde y
noche— todos los miembros de la Fuerza Pública.
Entonces
yo me preguntaba y le preguntaba anoche al doctor Luis Carlos ¿cuál es la
preocupación de la Andi en esta Asamblea?
Y
me miró y me dijo: 'A ver, Presidente ¿qué le digo? No hay así una preocupación
fundamental’.
Usted
me dijo que, por ejemplo, hay el tema que usted mencionó, el tema del precio de
la energía y el tema del precio del gas. Y me dijo que había habido una
presentación aquí que fue muy aplaudida. Entonces yo le dije ¿por qué no me
manda la presentación? No me la mandó pero me la conseguí.
Y
le dije al Ministro de Minas y Energía: Oiga. ¿Es cierto esto que dice esta
presentación? Y este apreciadísimo y muy distinguido presidente de semejante
empresa ¿por qué está tan beligerante? ¿Le ha ido mal a la empresa?
Entonces
le dijo el Ministro: ‘no, no, no. Esa empresa, Corona, ha tenido los mejores
años de su historia estos último dos años’.
Ah,
bueno. ¿Y las ventas? Crecieron 17,5 por ciento.
¿Entonces
qué será? Entonces le dije ¿por qué no me manda un memito a ver cómo podemos
responder a esas inquietudes? Porque me parece sano —y así se lo dije al
Ministro y así se lo dije al doctor Luis Carlos—, me parece un buen síntoma que
comiencen a protestar y a reclamar ya por las cosas micro, por los problemas
puntuales.
Ya
no es la seguridad, ya no es la política comercial, ya no es la macroeconomía;
son los fletes, son los puertos, es el arancel aquí, es este costo allá. Eso
indica que hemos avanzado y de qué forma.
Y
por supuesto que como Gobierno estamos más que dispuestos a responder a esos
reclamos. Es nuestra obligación, para que en forma concertada podamos ser cada
vez más competitivos, para que la industria cada vez pueda ser más pujante, más
fuerte.
Porque
necesitamos que la industria sea cada vez más fuerte para que la economía
crezca, produzca recursos, produzca impuestos y podamos financiar esa política
social.
Y
yo le dije al Ministro que me hiciera un memo. Me escribió un memo larguísimo
que no los voy a aburrir con leérselo. Simplemente me decía: ‘mire, ahí hay
unas comparaciones que no son validas, no es valido comparar el costo de
energía en Ohio con el costo de energía en la costa colombiana; eso es como
comparar peras con manzanas’. En fin, una serie digamos de argumentos técnicos.
Pero
me preocupó algo en esa presentación, porque yo tenía una idea completamente
distinta. En esa presentación dice que entre los costos o las preocupaciones,
estaba el costo de los puertos, que éramos el país más ineficiente en materia
de puertos frente a América Latina y al Caribe.
Y
yo dije hombre, esto si no me suena, porque yo he oído algo totalmente distinto
y yo veo aquí al capitán (Alfonso) Salas (Gerente de la Sociedad Portuaria
Regional de Cartagena).
Yo
quiero preguntarle, capitán Salas, a usted directamente. Usted conoce esas
cifras. Los puertos colombianos, su puerto ¿es de los más más ineficientes?
Porque usted lo que me ha dicho es que es todo lo contrario.
(…)
Importancia
de la confianza y el optimismo
Y
esto me lleva a un punto importante, a un poto importante que hablaba tanto el
doctor Luis Carlos, como el general Naranjo: la confianza, el optimismo.
A
mí me preguntaba Yamid Amat en una entrevista hace unos días que qué me ponía
triste y qué me angustiaba a mí como Presidente de la República.
Y
yo le decía: mire, Yamid. A mí lo que a mí me angustia es a veces ese
derrotismo que tenemos los colombianos, de no creer en nosotros mismos; de
pensar que no podemos, de criticar todo; de no ver lo bueno, porque eso es
contagioso. Eso es contagioso y eso va generando todo un clima de pesimismo y
el pesimismo es el peor ingrediente para el emprendimiento, para innovar, para
ser creativos.
La
gran diferencia que tenemos países como Colombia con precisamente Estados
Unidos, Europa, Japón, hoy, es la actitud de la gente frente al futuro. Si
destruimos eso es como apagar el sol frente a las plantas; las plantas
necesitan del sol para crecer.
Si
destruimos la confianza y el optimismo, se destruye esa capacidad de
crecimiento.
Y
por eso, doctor Luis Carlos, tenga usted la seguridad de que vamos a poder
seguir trabajando juntos.
Prórroga
a ventaja arancelaria y precio del gas
Usted,
por ejemplo, me decía hace un año en la Asamblea, los aranceles. Hicimos la
reforma arancelaria más profunda que se ha hecho desde que comenzó la apertura
económica. Se bajó en 8,5 por ciento el promedio del arancel y tomamos un paso
importantísimo: pusimos en cero arancel todos los productos no producidos en
Colombia, que vence el lunes entrante, que nos costó un billón de pesos en
recaudo.
Y
le quiero contar, doctor Villegas, que el lunes entrante voy a prorrogar esa
medida otro año más, para guardar esa competitividad. Sobre todo en este
momento en que sé que la situación internacional está afectando.
Usted
me viene reclamando hace algún tiempo la parte de las licencias ambientales, me
dice que eso ha mejorado muchísimo.
Vamos
de todas formas a imponer la ventanilla única para las licencias, para
evitarles los dolores de cabeza y los trámites a los empresarios en materia de
licencias.
Y
tenga la seguridad de que aquí habrá toda la disposición para ir arreglando
esos problemas. Por ejemplo el precio del gas.
El
precio del gas, desde La Guajira está amarrado —y ahí lo han dicho varios— al
fuel oil.
Pero
eso se hizo en su momento para proteger a los empresarios, para que no hubiese
una diferencia muy grande. Resulta que el fuel oil subió de precio y ahora
están diciendo: no, como en Estados Unidos descubrieron unos volúmenes de gas sin
precedentes y bajó el precio del gas, entonces nos estamos volviendo poco
competitivos.
Ahí
la regulación tiene que responder más rápidamente. Yo voy a pedir que quiten
ese amarre entre el fuel oil y el gas, para que el gas pueda bajar de precio;
el que viene de La Guajira. Entonces eso debe bajar los precios del gas.
Medidas
de ese tipo, micros, por eso digo yo que es bien venida, que ya estamos en esa
etapa de discutir los puntos concretos, los problemas puntuales, los problemas
micro. Eso me parece que es un avance importantísimo.
Y
esa concertación permanente, ese diálogo permanente con los Ministerios, debe
darse para que el Invima pueda producir más rápido sus conceptos, para que sus
trámites se aceleren.
Hemos
hecho un gran esfuerzo en esa Ley Antitrámites, de ir aboliendo trámites para
los empresarios y los ciudadanos en general, y seguiremos, porque eso es un
proceso continúo.
Hicimos
un ejercicio con la junta de la Andi, de cuántos trámites desaparecimos de un
solo envión en un decreto. Cerca de 400 trámites y vamos a seguir eliminando
los que sean innecesarios.
Y
usted mencionaba el título de esta Asamblea: Economía y Equidad.
Un
país menos desigual, más justo
¡Qué
bueno! y se lo dije hace algún tiempo ¡qué bueno! esa actitud que los empresarios
colombianos, los industriales colombianos, que la Andi ha asumido. No de ahora,
de tiempo atrás, de decir necesitamos un país menos desigual, más equitativo,
más justo.
Ahí
coincidimos plenamente, porque el Plan de Desarrollo y las políticas de este
Gobierno están dirigidos a ese objetivo, a luchar contra la pobreza, a luchar
contra la desigualdad, a sacar a la mayor cantidad de pobres de la pobreza y de
la pobreza extrema.
Y
hemos avanzado —y gracias por el reconocimiento— hemos avanzado: un millón 200
mil compatriotas los sacamos de la pobreza solamente el año pasado; 670 mil de
la pobreza extrema.
Y
ese coeficiente que mide la desigualdad, como usted lo mencionaba, se redujo en
términos porcentuales más que cualquier otra etapa desde que se invento el
coeficiente y se comenzó a medir.
Eso
es un avance importantísimo. Pero nos falta muchísimo por avanzar y por
conquistar, porque todavía tenemos uno de cada tres colombianos en la pobreza;
tenemos la pobreza extrema por encima del 11 y medio, 12 por ciento y tenemos
que seguir luchando.
Esta
mañana estaba yo en Magangué (Bolívar), cuando aquí Jeffrey Sachs estaba
hablando de este tema, estaba entregándoles una casas gratis a unos campesinos,
unas casas sobre unas bases ya elevadas para que cuando llegue la inundación no
se vuelvan otra vez a inundar.
Estamos
construyendo 100 mil, como ustedes saben, casas gratis en los sectores urbanos
y estamos construyendo más en los sectores rurales, gratis.
Y
usted no se imagina la felicidad de esa gente de entregarles una casa que nunca
se habían soñado. Sobre todo una casa donde pueden medio vivir dignamente.
Esas
políticas sociales, y creo que aquí se dijo, de las Familias en Acción, de la
Red Unidos, de una política que el Gobierno le ha dado mucha importancia, donde
mi señora ha estado muy comprometida, la primera infancia; donde tenemos que
ser consientes que cuidando nuestros niños de cero a 5 años es la mejor
inversión social que podemos hacer. Porque un niño maltratado en esa época o
mal alimentado, es un niño que va atener problemas por el resto de la vida.
Por
eso nuestra obsesión es la misma suya, de lograr que este país sea un país más
justo, con menos pobres.
Que
además es un gran negocio. Aquí, mientras ustedes estaban reunidos, ayer yo
estaba en Bogotá recibiendo unos empresarios muy importantes, extranjeros; el
Presidente de Directv, que me decía voy a invertir 350 millones de dólares
adicionales, porque la base nuestra va a ser Colombia para el resto de la
región.
Y
el Presidente de Mitsubishi, que me decía: aquí nosotros hemos tenido negocios
de café hace mucho tiempo, pero ya nos convencimos de que vamos a expandir
nuestros negocios por todos lados. Hoy están en Santa Marta viendo cómo poder
invertir, porque se dio cuenta que una planta en Santa Marta está a dos horas
de Miami.
Por
todos lados vemos interés. Pero si queremos ser viables hacia el futuro tenemos
que reducir esas brechas.
De
ahí las reformas que hemos tramitado en el Congreso: la Reforma a las Regalías,
que hemos denominado la reforma de la equidad, porque tiene la equidad como uno
de sus objetivos fundamentales.
Y
buena parte de las leyes que se han aprobado tienen ese filtro: cuál es el
impacto de esta ley o de esa política en la equidad y en el empleo.
La
generación de empleo en este país ha logrado en estos últimos dos años, 2
millones 47 mil empleos, mientras el resto del mundo esta luchando por detener
la destrucción de los puestos de trabajo, es algo que realmente y todo el mundo
lo señala, qué cosa tan maravillosa.
Pero
nosotros ‘no, esto del empleo va muy mal’.
A
veces con razón, porque hay demasiados desempleados todavía. Pero vamos
mejorando, vamos mejorando y en qué forma.
Y
eso de la confianza, usted lo menciono, general Naranjo y usted lo mencionó,
doctor Luis Carlos, tiene también mucho que ver con la institucionalidad y con
la gobernabilidad, la política.
Ayer
me fui a reunirme con la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial. Nunca
antes había ido un Presidente a visitar esa comisión donde están los
presidentes de las Cortes. Nos sentamos: tenemos que trabajar juntos, tenemos
que dejar a un lado ese episodio de la Reforma a la Justicia.
Nuestra
obligación —así nos lo impone la Constitución pero así también nos lo impone el
sentido común— es trabajar en armonía y coordinadamente.
Pongámonos
unos trabajos concretos: los recursos que les prometí en la Reforma, los van a
tener; pero inviértanlos bien.
Pongámonos,
por ejemplo, una meta para poner en marcha el expediente judicial digital y
sistematizamos toda la justicia, que es seria un logro maravilloso, mucho más
importante que la reforma constitucional.
Y
acordamos que vamos a hacer eso y muchas cosas más.
Esa
armonía y esa gobernabilidad es lo que además nos están señalando como un país
especial.
En
la reunión del G-20, los 20 países más importantes del mundo. Nos invitaron
como invitados especiales a esa reunión, por que no somos de los 20 países más
poderosos del mundo. pero allá nos invitaron.
Y
qué orgullo sentí, cuando, para mencionarles una persona especifica, el
Presidente de Italia dice: “mire, Presidente Santos, lo que ustedes hicieron
allá en su país es un verdadero ejemplo. Esa reforma constitucional de la
sostenibilidad fiscal, esa regla fiscal, eso le dio a los mercados total
confianza. Ojalá nosotros tuviéramos la capacidad política de aprobar ese tipo
de reformas”.
Y
esa gobernabilidad hay que cuidarla, porque es lo que nos ha permitido estar
donde estamos. Y estamos bien. Y estamos bien.
¿Que
tenemos dificultades? ¨Por supuesto. En todas partes hay dificultades pero no
perdamos la fe, no perdamos la confianza, no miremos hacia los lados a decir:
hombre, esto realmente no está marchando, cuando sí realmente está marchando.
Ustedes
mírense en el espejo y pregunten en sus empresas, en la inmensa mayoría, cómo
les ha ido estos dos últimos años. Yo creo que bastante bien.
Y
esa llama, esa confianza, ese optimismo, es lo más importante que nosotros
tenemos que cuidar.
Ejemplo
de los medallistas olímpicos colombianos
Ese
optimismo que vemos por ejemplo en nuestros deportistas. Ese optimismo por
ejemplo que tuvo Rigoberto Urán: 249 kilómetros, medalla de plata.
El
pesista Oscar Figueroa, que nos mostró que no hay peso que no podamos levantar,
con trabajo y persistencia. O la vallecaucana Yuri Alvear, que nos enseñó a
todos nosotros que los colombianos podemos competir con los chinos. Y podemos
ganarles. Ella le ganó a una china allá en las Olimpiadas y se ganó la medalla.
Y
qué tal Caterine Ibargüen con ese salto triple, que yo decía ese salto triple
de Caterine cuando la gente la aplaudía, decía: primer salto, la seguridad;
segundo salto, el empleo; tercer salto, la lucha contra la pobreza. Eso es
Colombia. ¡Viva Catherine!, decía yo.
Y
qué tal Oscar Muñoz, que decía ‘es que yo soy muy joven, yo no voy a ganar'.
Pero de pronto ganó.
Es
como las empresas que dicen no, yo no puedo competir con los grandes, yo no
puedo competir con los Estado Unidos.
Claro
que pueden competir con Estados Unidos, pueden competir con cualquier empresa
del mundo. Sigan el ejemplo de Oscar Muñoz y verán cómo les va de bien. Medalla
también de bronce.
Jackeline
Rentería, ustedes la vieron también, bronce en lucha libre. Y nos mostró que
uno puede ser exitoso varias veces, que la perseverancia también tiene sus
frutos.
Pero
qué decir del día de hoy, ese día de hoy maravilloso. Yo le decía, estaba
hablando con Mariana Pajón y le decía: muchas gracias a nombre de todos los
colombianos. Qué gran regalo nos dio y a mí, mejor regalo de cumpleaños no he
podido recibir. Esa medalla, eso es lo que nos llena de optimismo y de buena
voluntad y de entusiasmo. Y eso es lo que tenemos que alimentar todos los días.
Y
de pronto yo me he equivocado en el sentido de no ser lo suficientemente
entusiasta en ese sentido. Y se me olvidó Carlos Mario Oquendo, medalla de
bronce hoy en el mismo bicicrós.
De
manera que ¡ocho medallas! No nos imaginábamos que íbamos a tener semejante
desempeño. Pero es un ejemplo, un ejemplo pequeño, pero muy diciente, de lo que
podemos los colombianos.
Eso
lo podemos hacer en todos los frentes. Hace tres meses nuestra Fuerzas
Militares se ganaron las Olimpiadas, las fuerzas especiales de nuestras Fuerzas
Especiales de nuestras Fuerzas Militares, que son unas competencias durísimas.
Desde Canadá hasta Argentina, todos los países todos los países americanos.
¿Quién
ganó? Nuestras Fuerzas Militares. Esos son pequeños ejemplos que son los que
tenemos todos que recordar permanentemente y alimentar esa llama de la
confianza y el optimismo.
Este
país, créanme, va bien. Tenemos dificultades y tenemos inmensos retos. Pero
guardemos esa gobernabilidad guardemos esa unidad, guardemos ese optimismo y
verán cómo ustedes, como empresarios, también se van a beneficiar.
Ese
optimismo hace que la gente gaste más, que la gente invierta más, que la gente
sea más creativa. Este optimismo es lo que mantiene una nación viva y
progresando.
Y
Colombia tiene con qué. Colombia tiene todos los elementos. Tiene un capital
humano maravilloso.
¿Que
tenemos que invertir en capital humano? Por supuesto. Que tenemos que mejorar
la calidad de la educación, que la infraestructura…
Ustedes
vieron aquí lo que estamos haciendo en la infraestructura y esos no son simples
planes; esos son proyectos concretos, una inversión que nunca antes nosotros
habíamos realizado. Las Autopistas de la Prosperidad, solamente para mencionar
un proyecto. 10 billones de pesos va a poner el Gobierno Nacional
Con
las especificaciones de una autopista de Suiza o de Italia, porque eso fue lo
que nos propusimos desde la campaña. ¿Y es que acaso los colombianos somos
minusválidos o somos más torpes que los europeos para no poder construir esas
autopistas? ¿Por qué no vamos a poder nosotros construir las mismas autopistas?
Entonces
las especificaciones de esas autopistas son como las autopistas de Suiza, con
los túneles de Suiza, pero en Colombia. Para que la competitividad, para que
esos fletes de Bogotá a Buenaventura, en lugar de 2 mil 500 dólares bajen a mil
o a 900 y seamos cada vez competitivos.
Eso
es lo que queremos nosotros. Eso va en camino, eso no es que estamos aquí
anunciando. Usted lo sabe, doctor Juan Martin (Caicedo, Presidente de la Cámara
Colombiana de Infraestructura), eso ya están estructurados los proyectos,
comienzan las licitaciones el próximo mes de septiembre. ¡44 billones de pesos!
¿Quién se hubiera imaginado?
De
manera que, queridos empresarios, a ser optimistas.
Muchas
gracias”.